Periodontitis y Gingivitis
La Enfermedad Periodontal
La periodontitis (o piorrea) y la gingivitis conforman los dos grandes grupos patológicos de la enfermedad periodontal. Esta es una enfermedad inflamatoria de origen bacteriano que provoca una serie de signos, desde la inflamación gingival y sangrado de las encías hasta finalmente la pérdida de dientes. La gingivitis es una lesión inflamatoria reversible donde no existe pérdida de los tejidos de sostén (hueso, ligamento periodontal y encía). La periodontitis (antiguamente denominada Piorrea), es una infección irreversible y acumulativa producida por las bacterias que están en la placa bacteriana y el sarro, éstas provocan la reabsorción de los tejidos de sostén del diente. Al perder los tejidos, los dientes se mueven y, en casos avanzados, se caen o requieren su extracción.
Las enfermedades periodontales son patologías que afectan al periodonto, es decir, a los tejidos que sostienen a los dientes, son patologías infecciosas, causadas por bacterias.
Hay dos grandes grupos de enfermedades periodontales. Cuando se afecta únicamente la encía, causando un proceso inflamatorio reversible, se denomina gingivitis.
Si la gingivitis se mantiene mucho tiempo y además se dan otros factores (genéticos, ambientales, locales,…), se inicia la periodontitis (común, antiguamente llamada “piorrea”), en la que, además de la inflamación de la encía ya mencionada, se produce una destrucción más profunda que afecta a los tejidos de soporte del diente, es decir, el hueso alveolar, el cemento del diente y el ligamento periodontal. Es una infección producida por las bacterias que están en la placa bacteriana y el sarro, éstas provocan la reabsorción de los tejidos de sostén del diente favorece la progresión adicional de la enfermedad, al crear un espacio debajo de la encía que denominamos bolsa periodontal, en el que cada vez se acumulan mayor cantidad de bacterias que pueden poner en peligro la supervivencia de los dientes.
Por lo tanto, la clasificamos como una infección irreversible y provoca que, al perder los tejidos de sostén, los dientes puedan moverse y, en casos avanzados, se caen o requieren su extracción.
¿A quienes afecta la periodontitis (piorrea)?
La periodontitis es una de las 3 enfermedades más frecuentes en humanos, según la OMS. A partir de los 50 años, el 50% de la población padece periodontitis avanzada con riesgo a perder dientes. Y entre los 65-74 años, solo un 8,7 % de los pacientes no presenta ningún signo de enfermedad periodontal.
¿La periodontitis está relacionada con algún proceso fisiológico o alguna enfermedad ?
La periodontitis tiene relación con enfermedades generales y puede aumentar el riesgo de accidentes cardiovasculares por asociación de estimulación de agentes antiinflamatorios, que son los mismos que estimulan los depósitos en los vasos sanguíneos. Entre los niños y adolescentes con diabetes insulino-dependiente mal controlada y entre los adultos con diabetes no insulino-dependiente también pobremente controlada, la prevalencia de la enfermedad periodontal es considerablemente mayor que entre sus homólogos no diabéticos.
También se ha asociado, la periodontitis en embarazadas, como un posible factor de riesgo de partos prematuros y niños con bajo peso al nacer.
¿Es hereditaria?
No podemos decir que exista transmisión genética, pero sí una tendencia genética a sufrir las enfermedades periodontales.
¿Es contagiosa?
Se ha demostrado la existencia de transmisión de las bacterias que producen la enfermedad entre parejas, así como entre padres a hijos. Aun así, para el desarrollo de la enfermedad no es solo necesario la presencia de bacterias, sino también que el individuo sea susceptible a padecer la enfermedad; donde influyen factores como la genética, estrés, determinadas enfermedades (diabetes. Inmunológicas, …) o el consumo de tabaco.
¿Qué importancia tiene el tabaco?
El tabaco es probablemente el factor más importante en la aparición y el progreso de la periodontitis, después de la presencia de bacterias. El tabaco produce una disminución de la calidad de las células defensivas, por lo que las bacterias encuentran menos impedimento para progresar en un paciente fumador que en un no fumador. Por ello, es muy importante que el paciente que comienza un tratamiento periodontal disminuya el consumo a menos de 10 cigarros/día, y a ser posible deje de fumar.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de la periodontitis?
Los primeros signos de alarma son el enrojecimiento y sangrado en la encía, esto ocurre como consecuencia de la inflamación que produce la placa bacteriana sobre la encía. Los pacientes fumadores no suelen sangrar aunque estén afectados, debido a la vasoconstricción que produce el tabaco. También padecen hipersensibilidad al frío, como consecuencia de una exposición de la raíz del diente al perderse el hueso y producirse retracción de la encía que lo cubre; y una sensación de diente más largo. Puede existir movilidad y desplazamiento de los dientes, como consecuencia de la falta de sujeción; y pueden sentir mal sabor y mal aliento (halitosis), como consecuencia de productos liberados por las bacterias, ambos síntomas mejoran con el tratamiento periodontal. En ocasiones, pueden aparecer abscesos o flemones dolorosos en las encías.
¿Se puede curar la periodontitis?
Sí, la periodontitis tiene tratamiento, si se detecta en estadios iniciales o moderados se podría evitar la pérdida de dientes. En ciertos casos más avanzados, con el tratamiento, se puede alargar la vida de los dientes; aun así, si el deterioro es excesivo se necesitará realizar la extracción dental.
¿Cómo se trata la periodontitis?
¿Cualquier dentista puede tratar la periodontitis?
La meta principal del tratamiento es controlar la infección y restaurar la unión encía-diente evitando la entrada de microbios entre ellos. El tratamiento de la periodontitis está encaminado a reducir las bacterias patógenas que forman parte de la placa bacteriana que se acumula bajo el margen de la encia, tras un minucioso examen clínico (con sonda periodontal), radiográfico, y a veces microbiológico (en casos necesarios).
La primera fase del tratamiento antibacteriano es mecánico y consiste en raspar y alisar la raíz afectada en el interior de las bolsas periodontales y eliminar del sarro que está adherido a la raíz bajo la encía (raspado y alisado radicular); este tratamiento ha demostrado disminuir significativamente el riesgo de pérdida dentaria, reduciendo la velocidad de progresión de la enfermedad y mejorando la salud gingival. No es doloroso ni produce inflamación de la cara y el paciente puede realizar una vida normal.
Aproximadamente un mes tras la realización de la fase de raspado, se realiza una reevaluación, cuyo objetivo es evaluar la respuesta al tratamiento y determinar si es necesario realizar algún tratamiento adicional. Si en la reevaluación sigue habiendo áreas donde se aprecia cálculo en la zona más profunda de la raíz, estará indicada la realización de una pequeña cirugía periodontal para acceder a eliminar este sarro y remodelar ligeramente el hueso alveolar para que la higiene tanto por parte del paciente como cuando acuda a la consulta, sea más fácil.
Todo tipo de tratamiento clínico (tanto si es raspado y alisado radicular, como si son cirugías) exige que el paciente mantenga a diario una excelente higiene oral, y acudir a los programas periódicos de mantenimiento periodontales cada 3-6 meses (en función de la afectación peridontal, tipo de paciente y colaboración de éste en su higiene oral, consumo de tabaco,..), evitando que la periodontitis se manifieste de nuevo una vez curada la enfermedad.
Los dentistas generales con conocimientos de periodoncia, son capaces de tratar los casos leves, aunque para tratar los casos más avanzados es recomendable acudir a un dentista especialmente formado en el tratamiento de la periodontitis durante por lo menos 3 años adicionales tras la carrera, un periodoncista.
SANO
GINGIVITIS NECROSANTE
PERIODONTITIS LEVE
PERIODONTITIS AVANZADA
¿Se puede regenerar el hueso perdido?
El objetivo del tratamiento es detener la progresión de la pérdida ósea, evitando la pérdida dental. Por lo general no se puede recuperar el hueso perdido(en defectos horizontales), aunque en determinadas situaciones (defectos verticales) sí somos capaces de regenerar el hueso perdido, mediante la aplicación de productos que favorecen la formación de nuevo hueso (Emdogain, hueso artificial y membranas). Esta regeneración dependerá de una serie de factores anatómicos del defecto y tipo de diente, de la higiene oral, tabaco, …
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